Hay una historia detrás de cada llegada de un jugador al Predio Tita Mattiussi. Como ocurre en todos los semilleros, los pibes deben demostrar atributos que impacten rápidamente para tener chances de quedar en las divisiones juveniles e iniciar sus sueños. En el caso de Tomás Pérez, el hombre que más influencia tuvo para su arribo a la Academia fue un campeón con Racing en 2001 y un ex DT de la Primera del club. En charla exclusiva con este portal, Claudio Úbeda habló de Tomás Pérez, a quien descubrió (junto a Monchi Medina) allá por 2019, cuando era parte del área de divisiones juveniles de Racing.
"A Tomi lo vi en Atlético Rafaela, en un torneo. Primero, lo que más me llamó la atención es que ya tenía una estructura física muy buena", recuerda el Sifón, hoy ayudante de campo de Miguel Russo en Rosario Central. Y siguió repasando sobre el pibe de 17 años que el sábado debutó en la Primera (entró sobre el fina del partido ante Banfield) y este lunes firmó su primer contrato. "Era un volante ofensivo con capacidades técnicas que distintas del resto de los chicos que jugaban con él. Tenía mucha potencia -agregó- y muy buena pegada. Eso hizo que lo empezáramos a seguir".
Las charlas de Úbeda luego de ver a Tomás Pérez y previo a llevarlo a Racing
-¿Cómo fueron los pasos posteriores?
-Como corresponde, apenas terminó el partido, lo primero que hicimos fue hablar con el entrenador. Después, con los directivos del club. También conversamos con el papá y la mamá del jugador. Así empezó todo. También llevamos a Almaraz (Alex) en similares condiciones (cetrodelantero que hoy actúa de la Quinta). Así fue como apostamos a Tomi porque sabíamos que tenía condiciones para llegar. En ese momento tratamos de hacer un vínculo más estrecho con Atlético Rafaela para poder tener un intercambio que sirviera para los dos clubes.
-¿Cuánto tardaste en convencerte de que el pibe debía sumarse a Racing?
-Cuando ves alguien que te llena los ojos de otra manera, enseguida lo empezás a mirar distinto en ese momento. Me acuerdo de que Miguel Russo, cuando vio a un chico jugando en la primera local de Rosario Central, dijo: "¿Quién es ese pibe que le pega así a la pelota? Subámoslo a Primera". Ese chico era Nery Domínguez. Cuando ves un jugador así, lo primero que pensás es en la proyección, desde su estructura física hasta todo lo que podés investigar sobre él. A mí me pone muy contento porque Tomás es un pibe que la peleó.
No fueron con la ventaja del dato previo
-¿Ustedes llegaron la información de que había un juvenil que se destacaba?
-En este caso en particular, no. Lo vimos jugando ahí. La primera impresión nos impactó. Y después, empezamos a mirarle otras cosas. Pasa que muchas veces, después de edades tempranas, los chicos se terminan equilibrando cuando todos los juveniles terminan de desarrollarse. Y es así donde tienen que dar el paso previo para ser diferentes. Tomi siguió evolucionando. Y por suerte pudo pasar por todo el proceso formativo de Racing que, evidentemente, es cada vez mas importante para que los chicos lleguen a primera con todos los conceptos sabidos. Es un trabajo de hormiga que se hace en todos los clubes. En Racing, por ejemplo, está Monchi Medina, uno de los pioneros en la captación. Tiene un ojo clínico muy buen, sabe ver muy ben.
-Vos lo habías visto como volante, pero después se fue haciendo nueve.
-Podía jugar de mediapunta o tirarse atrás del 9 para asistir o llegar al área porque su físico le calza perfecto. Es técnico, potente, tiene buen uno contra uno. En el período de formación los puestos pueden ir variando. Yo empecé siendo volante por afuera y terminé como marcador central. Ahí está la importancia de los entrenadores formativos que ven en un chico la capacidad de adaptación a otros puestos donde pueden jugar mejor. Cuando son chicos, todos quieren ser delanteros o goleadores. Y en el crecimiento, cuando se van formando, ahí los técnicos van viendo dónde pueden desempeñarse mejor.
