Vecchio se aprovecha de Racing

Emiliano Vecchio en Racing repite una constante de su carrera, pero poco me importa lo que haya hecho antes de ponerse el manto sagrado. Pero con nuestro equipo no. Porque ahí me toca el corazón, nos hace daño a todos. A esos que nos ilusionamos cada partido que la Academia sale a la cancha en busca de los tres puntos. Los que puteamos al televisor cuando la pelota no entra de visitante y los que queremos saltar al campo cuando estalla el Cilindro. Con el sentimiento no se jode y mucho menos se abusa. Y ni hablar si encima tenés al mando de todo a un ídolo.

Pero el problema del volante que todavía tiene contrato con la Academia no es ni con la gente, ni con Gustavo Costas. Es con él. Por eso, a los 35 años todavía no puede terminar de ser un futbolista profesional. Talento le sobra. Basta con verlo tocar dos o tres pelotas para entender que es un distinto. Que tiene cualidades para jugar en un equipo top de Europa. Pero claro, para eso tendría que haber sido un distinto también afuera. Un profesional completo. Y justamente todo eso es lo que no mostró en Avellaneda. Apenas un puñado de meses en su llegada, en la que se comprometió con Fernando Gago y bajó de peso y estuvo pleno en todos los aspectos.

Él mismo dejó en claro que era un ritmo que no podía soportar. Pero Vecchio se aprovecha de Racing. Del cariño que se ganó de la gente. De tener ese talento que, incluso no estando al 100% lo hace a veces marcar la diferencia. Claro, en un equipo que jugaba muy mal. Así pasó en la última parte del 2023 donde ingresando apenas 30 minutos podía ser determinante. Sin embargo ese envión no lo ayudó a arrancar el 2024 como todos esperaban. Otra vez apareció la versión poco profesional. Faltazo al entrenamiento sin aviso (ni permiso) que generó malestar desde el cuerpo técnico. Y tampoco estaría en estos primeros días.

La situación de Emiliano Vecchio en Racing

No está cómodo el volante en la Academia más allá de que diga otra cosa. La realidad es que la relación con el plantel no es buena. Algo que viene desde larga data. Ya a fines de 2022 empezaron los chispazos. En gran parte por estas cuestiones de falta de compromiso en el día a día. Llegadas tardes a los entrenamientos, caras largas con algunos compañeros, no cumplir con muchas normas. Por eso con Gago no jugó en 2023 y no iba a jugar. Con el apoyo de muchos hinchas, que lo quieren porque dentro del campo ha sido importante en varios momentos, y la llegada de Grazzini hicieron una tregua. Algo que se sostuvo por intereses de todas las partes. Y por el bien de Racing, en ese escenario.

Pero ahora Vecchio volvió a estar en falta en Racing. Pero el hincha ya lo mira de reojo porque, en este caso, el desplante se lo hizo a un ídolo como Gustavo Costas. Y porque rompió con la armonía en el primer día. Innecesario. Poniéndose él por encima del club. Sin importarle el estreno de Costas, lo que piensen sus compañeros o lo que pueda generar. Una constante en su carrera que estuvo siempre llena de conflictos. Igual que en Racing. Y que si los pudo dejar debajo de la alfombra fue por un talento como pocos.

Pero ese talento también lo tienen los Diego Milito, Lisandro López o Lautaro Martínez, para citar ejemplos. Todos ellos siempre pusieron a Racing por delante de todo. Y a sus hinchas. Porque un club gigante como la Academia no sólo es jugar bien o marcar la diferencia. También es ser profesional y estar a la altura. Esto no es para cualquiera...

Un nuevo episodio de Vecchio en Racing, otro más. Algo que deja a las claras que el problema no son sus compañeros, ni el técnico de turno. Una palada de tierra a un estreno que debería ser todo alegría en Avellaneda. Una falta de respeto al hincha que lo acompaña y lo banca por lo que hace en el campo. Pero que también muchos se bajaron de ese barco ahora. Dijeron basta. Más allá de que sea un crack con la pelota, Vecchio no debe seguir en Racing, ya está. Lo pide a gritos con estos hechos, lo deja en evidencia con una nueva falta grave. No puede alcanzar sólo con jugar bien. Hay que respetar, valorar y comprometerse con el club. Y Costas sabe lo que es eso...